¿MERECE LA PENA QUE MI HIJO SIGA JUGANDO AL FÚTBOL ?

El título de esta entrada creo que indica que no estoy muy contento. ¿Por qué? Pues la razón es muy sencilla a la vez que MUY DOLOROSA. Durante el penúltimo partido que jugó el Barranco Hondo Alevín,(el viernes 7 de noviembre) un jugador ¿jugador? del Unión Ramos Cruz C, le dió tal empujón a mi hijo Rodrigo, (en una jugada tonta y sin trascendencia) que rodó por el campo con tan mala fortuna ¿si fue mala fortuna, el otro niño por lo menos pudo pedir disculpas, o es mucho pedir? y se rompió ¿Se rompió? la clavícula derecha.

Rodrigo es un tío duro, pero nadie se pudo imaginar cómo lloró ese día.... y los siguientes, pues todavía hoy para darse la vuelta en la cama ve las estrellas.

Ya durante el partido anterior contra el Valle Guerra, le dieron otro violento empujón cuando disputaba un balón en dirección a la banda sin ningún tipo de peligro para el equipo contrario, que casi se rompe un brazo o la clavícula y me pareció un presagio de lo sucedido en el siguiente partido. (Para que comprueben si exagero, he grabado los dos empujones y lo pueden ver en este Blog desde el Youtube.)

Me encanta el fútbol y a mi hijo más, disfrutamos los dos mucho, él jugando y yo viendo como crece como futbolista y sobre todo como persona que es lo que realmente me importa. Es muy habilidoso, listo, valiente,( que va a decir un padre) pero también muy menudo y en casi todos los partidos se ha llevado muchas patadas y empujones por creer algunos niños de otros equipos que un enanito no puede jugar muy bien al fútbol y mucho menos regatearles.

En fin, que pensaba que los días iban a hacer que se me quitase la rabia que llevo dentro, pero es muy duro ver a tu hijo llorar por la noche y uno se siente culpable por secundar sus ganas de jugar al fútbol. Yo jugué en mi juventud muchos años y también me dieron leña, pero nunca di ni una patada a destiempo, ni empujones ni me expulsaron nunca de un campo. Eso es lo que le inculco yo a mi hijo. ¿Todos ( padres, entrenadores, afición, etc) enseñamos esto mismo a nuestros hijos?. He oído insultos a árbitros, a otros padres, a los mismos niños y no me gusta.

Por eso me ha salido esta crónica amarga, que espero que lea algún entrenador de algún equipo con el que nos enfrentamos el año pasado, algunos padres y también algunos niños (los niños siempre son inocentes) que reflejan en el campo lo que viven en su casa. Que en una jugada en la que se pelea con nobleza, se pueda hacer daño, lo tengo asumido; pero lo que no puedo asumir son empujones y patadas sin sentido con las que le pueden hacer mucho daño como ha sido este caso. No me gustaría que a ningún niño pase por lo que ha pasado mi hijo, pero si se siguen consintiendo estas actitudes, el próximo puede ser el hijo de cualquiera. Y les aseguro que no es muy agradable ver a tu hijo con un hueso roto. Este es el cuarto año que juega Rodrigo al fútbol y me quedo atónito con el juego duro y la cantidad de leña que se reparte en Alevines. Y los culpables ¿son los niños? Esta pregunta queda en el aire.

Tampoco estaría mal, que los señores de la Federación Tinerfeña de Fútbol lo leyesen y viesen detenidamente el video. Entendiendo el posible dolor de los niños en caso de un accidente ¿accidente? como el de Rodrigo, podrían elaborar unas circulares con instrucciones respecto a las entradas, empujones y sobre todo el juego limpio en estas edades. Pero éstas deberían de obligar no a los niños, sino a los responsables de los equipos para que inculquen a sus jugadores unas normas mínimas de deportividad y no el "HAY QUE GANAR COMO SEA". Los niños tienen que ser niños, que cuando tengan 18 años y sean mayores, ya tendrán tiemmpo y oportunidades para sufrir.

Con respecto al campeonato, quedamos segundos, con 4 partidos ganados, 1 perdido, 41goles a favor y 11 en contra. Unas media goleadora impresionante, solamente truncada con el partido contra el Valle Guerra que perfectamente se pudo empatar e incluso ganar. Seguramente jugaremos en Preferente, pero en estos momentos poco me importa.

Quiero dar las gracias desde aquí a los dos entrenadores (Santi y Toño) dos pedazos de personas, que me llamaron por telçefono muchas veces y vinieron a pasar la tarde del domingo con Rodrigo a mi casa. A los padres de todos los niños del equipo, muchas gracias también por vuestras llamadas y vuestra preocupación, que sé que era tanta como la mía. Gracias al árbitro de aquel partido que siempre ha tratado a mi hijo como si fuera suyo y sé el disgusto que se llevó el pobre hombre cuando me vio salir disparado a la residencia.
Pues eso, que os estoy muy agradecido y que Rodrigo y yo os queremos mucho a todos.
Gracias, mil gracias
Mariano